PR AS-50. Ruta Mariñana de los Molinos, Tazones - Playa de Merón

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Datos básicos

Clasificación: Turismo activo

Clase: Rutas en Asturias

Tipo: Senderos de pequeño recorrido

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Villaviciosa

Parroquia: Tazones

Entidad: Samiguel

Comarca: Comarca de la Sidra

Zona: Oriente de Asturias

Situación: Costa de Asturias

Código postal: 33315

Cómo llegar: PR AS-50. Ruta Mariñana de los Molinos, Tazones - Playa de Merón

Dirección digital: 8CMPGHWX+4W

 

PR AS-50. Ruta Mariñana de los Molinos, Tazones - Playa de Merón

Descripción:

Esta ruta está calificada como «Sendero de Pequeño Recorrido (P.R.)»

  • Acceso: Se inicia el recorrido en Barrio de San Roque en Tazones, siendo el final en Playa de Merón
  • Dificultad: Media
  • Desnivel: 170 m
  • Duración aproximada: 4 horas y media (sólo ida)
  • Itinerario: Tazones, Villar, Punta l´Olivu, San Félix d´Oles, La Lloraza, playa de Merón.

Descripción de la ruta

La Ruta Mariñana de los Molinos comienza a la entrada de Tazones, donde se puede observar el Molín de Kiku, restaurado conservando la tradición molinera.

Bajaremos a continuación hasta el puerto, donde podemos ver faenar a los pescadores.

A la derecha del puerto, un panel informativo del Jurásico Asturiano nos invita a descubrir huellas de dinosaurios en el «pedreru» de la playa.

Desde el puerto de Tazones, en el barrio de San Roque, el camino sigue hacia el Oeste por una senda muy empinada.

Después de una fuerte ascensión, en Villar podemos acercarnos al faro y disfrutar del espléndido paisaje costero hacia el este, con el Cabo Lastres y la Sierra del Sueve.

Nuestra ruta sigue al lado del segundo panel informativo del Jurásico, en dirección Noroeste, por un camino que nos llevará hacia los acantilados, donde aparecieron icnitas de dinosaurios.

La ruta sigue paralela a la costa hasta la Punta l´Olivu entre pinos, eucaliptos y pastizales costeros con «les muries» de piedra características del paisaje «mariñán».

Desde la Punta l´Olivu se pueden observar La Cruz de Ureta, testimonio del naufragio de unos infortunados pescadores de Gijón, y hacia el Oeste, la línea tortuosa de acantilados perdiéndose en el horizonte del Cabo Peñas.

La ruta se aleja de la costa, asciende suavemente hacia la iglesia de San Félix d´Oles.

A partir de ahí nuestra ruta coincide con el antiguo Camín Real que comunicaba Tazones con Gijón.

Seguimos en dirección Suroeste atravesando Oles, pasando por la casa de Tomás Noval, último minero de azabache.

Desde ahí, y mejor si es en compañía de Tomás, podemos descender al arroyo de Oles, donde están las antiguas minas del azabache, y junto al río, los tres antiguos molinos de la zona, el Molín d´Arriba, el del Medio y el d´Abajo junto a los impresionantes acantilados de l´Escañón.

Desde casa Tomás Noval, el Camín Real atraviesa los barrios de Les Areñes, Miénagos, pasa por delante de la casa de Samuel González, un joven azabachero, y sigue por La Lloraza, donde podemos visitar la iglesia románica de Santa Eulalia de La Lloraza, del siglo XII-XIII, de planta rectangular, cabecera cuadrada, con muro de mampostería revestido de sillares.

En el exterior la decoración se concentra en la portada Oeste.

Conserva los canecillos del tejaroz, todos antropomórficos, y decoración en la ventana del testero, que es de arco de medio punto.

Después de La Lloraza, se deja el Camín Real para descender por un camino a la izquierda, dirección Sur y SO, pasando al lado de la Carbayera de la Lloraza hacia el cauce del río Merón.

El camino sigue dirección Oeste hasta Puente Robléu, donde iniciamos la senda por los márgenes del río.

A lo largo de este Camín de los Molinos que nos llevará hasta la playa de Merón, se pueden observar una decena de esos ingenios hidráulicos que desgraciadamente ya no gozan de un buen estado de conservación.

Unos pocos fueron restaurados con diversos fines, pero la mayoría sólo nos permite observar algunos mecanismos o simplemente parte de la fachada.

El primero, el Molín de Modesto el Tánganu, muy degradado, tiene como detalle singular la disposición lateral de la rueda, cuando habitualmente el «rodendu» se encuentra debajo del edificio y de la «muela».

A continuación cruzaremos el río por el puente de acceso al Molín de l´Aturiellu, del año 1787 y restaurado en 1987.

Luego, el Molín de Perote, que aún conserva el «rodendu», la «muela» y la «moxeca».

El Molín de Requexáu fue el último que molió en el río Merón.

Aún conserva su maquinaria y el dueño actual no descarta ponerlo a funcionar algún día.

En los prados existentes junto a este molino también se pueden observar algunos caballos de raza asturiana, los asturcones.

Un poco más adelante, nos cruzaremos de nuevo con el Camín Real a su paso por el río Merón en lo que fue el Puentón de la Grúa, actualmente derruido, que comunicaba los pueblos de Argüeru y Careñes.

Más abajo pasaremos junto a las ruinas del Molín del Campu, y el Molín de Ferbeyón, del que dicen era el que mejor molía.

Antes de llegar al siguiente, el Molín de Cerilo, cruzaremos la espectacular presa de este interesante edificio de dos plantas, que tenía vivienda y corredor de madera mirando al sur.

El molinero cobraba por el sistema de «maquila» cuando en los demás, de tenencia vecinal, cada uno molía por turno.

El siguiente, el Molín de la Carbonera también era de dos plantas y tenía vivienda.

A continuación, el Molín del Vayu, erigido en un hermoso paraje y cerca de un puente de piedra que comunica Argüeru con Careñes, ha sido restaurado como segunda residencia.

Desde el Molín de Cerilo hasta el Molín de Vayu se puede hacer un recorrido alternativo, ascendiendo fuertemente desde el río hasta el barrio de Abedules, donde reside Néstor Corrales, artesano tradicional del azabache y último inquilino del Molín de Cerilo.

Un poco más arriba pasaremos por la casa de Avelino Solares, también artesano y azabachero, y por un camino en dirección Oeste volveremos suavemente hacia el río, pasando antes por casa de Gerardo Ordieres, que también fue afamado azabachero de la comarca.

El camino desciende fuertemente hasta el Molín del Vayu.

Siguiendo el río de nuevo encontraremos el Molín de Posada, bello edificio con arco, en medio de un frondoso paisaje de ribera con alisos, laureles, fresnos, castaños, avellanos y rosales silvestres.

Los dos siguientes, el Molín Nuevu y el Molín de la Peña, están cercados y en estado ruinoso.

El segundo está integrado en el mayor salto de agua del río Merón.

Y ya antes de llegar a la playa, el Molín d´Hevia, el Molín de Bastiana y el Molín de Merón apenas conservan restos más allá de la memoria oral de los mayores de la zona.

La ruta finaliza en la playa de Merón, pequeño estuario de conformación dunar y última playa natural del concejo de Villaviciosa.

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