Agua Salada

Gastronomía de Asturias
Cocina de Paisaje
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Es fama justificada que los peces de aguas batidas son más sabrosos que los de otras más tranquilas. En el Cantábrico, que es como se llama en el Norte a esa parte del Atlántico que baña sus costas, tal impresión es generalizada, algo que también suelen percibir sin dificultad los visitantes.

Asturias, dispone de técnicas de pesca próximas a la pesca artesanal, con flotillas predominantemente de bajura, que desembarcan, por orden de importancia, especies como la merluza —y su hermana menor, la pescadilla—, el bonito, la bacalada, la sardina, el “pixín” (rape), el bocarte (boquerón), el gallo, el “chicharru” (jurel), el congrio, la “furagaña” y el “robayu” (lubina pequeña y grande respectivamente), el besugo, el salmonete y la “xarda” o “verdel” (caballa).

Otras especies menos abundantes, pero que pueden sin embargo ser bien típicas en las mesas de la hostelería o de los hogares asturianos, son el calamar (“chipirón” cuando es pequeño), el “tiñosu” (escorpena o cabracho), la chopa, el “golondru” (borracho o rubio), la “fañeca” (faneca o eglefino), el rey o virrey (que conviene no confundir con la palometa roja, mucho menos fina), la “gallapota” (maruca), el samartín (pez de San Pedro), el “rubiel” (pargo) o la “pica” (breca), entre otras que suponen un desembarco anual medio de veinte mil toneladas repartidas entre los diecisiete puertos pesqueros del Principado y sus respectivas rulas (lonjas), a la cabeza de las cuales figura Avilés, que acapara más del setenta y cinco por ciento del volumen regional.